jueves, 24 de marzo de 2016

LOS MITOS: ESAS JOYAS OLVIDADAS - ELISA SANZ OLEO



(Una mirada desde la Psicología Analítica de C. G. Jung)

Celebrando el ¡40 cumpleaños de Ediciones de la Torre!, tarea titánica, hercúlea y heroica, la de esta humilde editorial que sigue aportando un tesoro a la tarea de trasmisión del  conocimiento, contribuiré durante este 2016 guiando la reflexión hacia esa fuente del rico lenguaje simbólico que nos aporta el mito.
En esta primera aproximación, más que profundizar en un mito concreto, desarrollaré las bases de aproximación, el caleidoscopio que nos llevará a “mirar” la infinita gama de colores/sentidos que los mitos contienen. 


Poema acadio de Gilgamesh. Museo Británico. 

¿Por qué los mitos? Porque nos ayudan a encontrar pistas en la eterna búsqueda del sentido individual de la vida y porque tienen la ventaja de ser material colectivo. No son “inventados” por un autor, por lo que no necesitamos las asociaciones personales para entenderlos, como en el caso de los sueños. Podemos decir que los mitos son los “sueños colectivos” de un pueblo, con las connotaciones históricas y culturales de la época en la que emergen.  

¿Para qué? En un momento histórico de predominio del materialismo científico tiene un sentido compensatorio, de reequilibrio psíquico, volver a beber del lenguaje simbólico vivo que hallamos en los mitos, los sueños, las religiones, los textos alquímicos, los cuentos de hadas, el arte que transciende las modas. Este lenguaje es el “idioma del inconsciente” el cual tiene la peculiaridad de ser un lenguaje arcaico para el que la mayoría de la población moderna se ha convertido en “analfabeta”. Nos recuerda Jung: “Actualmente los mitos para una gran mayoría son como las imágenes delirantes de los psicóticos, incomprensibles, irracionales, pues desconocen su “oculta” vinculación con un sentido no sólo racional sino vivencial”

Entre los exploradores de la psique que nos aportaron un instrumento para adentrarnos en el laberíntico espacio del inconsciente está la Psicología Analítica del Dr. Jung, fruto de su larga experiencia profesional de trabajo con pacientes señala: “Alrededor de un tercio de mis casos no sufren de ninguna neurosis que pueda definirse clínicamente, sino de un sinsentido y falta de objetivos en sus vidas. No eran excéntricos infelices, sino con mucha frecuencia personas excepcionalmente capaces, virtuosas y valientes”. Eran neuróticos porque compartían lo que Jung llamó “la neurosis general de nuestro tiempo” un sentimiento cada vez más extendido de la futilidad y banalidad de la vida. En la mayoría de los casos va de la mano de una sensación de vacío espiritual y desarraigo del entramado mítico y cultural.
¿Cómo pueden ser “hilo de Ariadna”? dándonos pistas para vivir lo que  Jung llamó proceso de individuación; ese especial “viaje” de la vida, que conduce al ser humano a hacerse único y diferenciado, evolucionar hacia una  totalidad y plenitud cada vez mayor. Es un proceso que no concluye cumpliendo determinada edad pues se corresponde con la capacidad innata de crecimiento psíquico hasta el final. Son muy cuantiosos los mitos del héroe que en su esencia expresan este desarrollo difícil y único no exento de peligros (Gilgamesh, Osiris, Ulises, Orfeo, Cristo…)
 


Orfeo y Eurídice. Gustave Moreau

El viaje de la vida es una de las metáforas clásicas. Con la tristeza por la partida, la despedida y  pérdida de lo conocido pero llena de intensidad emocional y anhelo por las aventuras que vendrán. El viaje,  cuajado de pruebas, transiciones, reveses, decepciones, logros, que nos conducen al regreso, marcado por la transformación, la realización, y la culminación del viaje…de nuestra Vida… de la que somos los propios héroes. La desvinculación con la necesidad de lo transcendente y la práctica desaparición de los ritos de paso en nuestra cultura, nos ha desconectado de los imperativos arquetípicos que ayudan a transformar nuestras vidas y nos ha dejado sin un contexto mítico que dé significado; este hecho es especialmente amenazante en la etapa de la adolescencia, no en vano, es una realidad psíquica la necesidad de autoafirmación, la vivencia del desafío a lo establecido y la conquista, necesidades vitales que si no tienen un cauce cultural y comunitario, se expresan en conductas de riesgo como el balconing, el puenting, o en rituales iniciáticos para pertenecer a una banda urbana, algunos de ellos, con pruebas de extrema crueldad.


El mito, copa y fuente que mana, néctar que aturde o embelesa…bebiendo agua apagamos la sed del cuerpo y del momento; volveremos a tener sed, pero lo esencial es que en cada sorbo de agua/conocimiento participamos del misterio de la vida.
Elisa Sanz Oleo
Médico Psicoterapeuta