miércoles, 24 de julio de 2013

MELANIE KLEIN IV - GRUPO PSIQUE


Rescate apuntes y conferencias impartidas en la sede del grupo Psique (Madrid) 
en las décadas de los 70/80

FANTASÍA, INSTINTO DE MUERTE, ENVIDIA, VORACIDAD Y CELOS.

(Continuación de Melanie Klein III)

El término "fantasía" se ha aplicado, normalmente, para los pensamientos conscientes también llamados ensueños diurnos. Se utiliza, además, para indicar un contraste con la realidad externa", si bien, como ya iremos viendo, esta apreciación subestima la propia realidad interna la cual es capaz de trocar o modificar la percepción.

Toda la obra de Melanie Klein se asienta sobre otro concepto de la fantasía; la fantasía inconsciente, comprendida y definida esta como el correlato psíquico del instinto. Se trata de la expresión mental del instinto y que como éste, existe desde el comienzo de la vida. No puede existir, por lo tanto, ningún impulso ni ninguna necesidad instintiva, que desde las edades más precoces no vaya acompañado de su correspondiente fantasía inconsciente. Es precisamente que gracias a esta fantasía, todos los impulsos, todos los sentimientos y todas las formas de defensa poseen una vida mental propia del humano, confiriendo por ello a todo sujeto nacido las bases en un progresivo desarrollo, tanto en lo que se refiere a su o hominización (problema en relación con la especie), como lo que se refiere a su propia individualidad (problemas relaciónados con el desarrollo personal).

Como es lógico, el objeto de dichas fantasías será el adecuado para cada fase del desarrollo, esto es, el que ocupa el lugar más necesitado y por lo tanto significativo y que duda tiene de que por significativo y necesitado también será verdaderamente problemático. Pero gracias a ellas es cómo surgen las direcciones, los propósitos y las finalidades en el ser en crecimiento. Son las que convierten al fenómeno vida, en vida humana. Toda la obra de Melanie Klein se extiende, como ya iremos viendo, en el contenido de las mismas y en su comportamiento, la proteico y cambiante como la vida de los contenidos de los sueños.

Como la creación en las fantasías es una función del yo, de las cuales es mediador, surge por ello el problema de tener que atribuir al yo del bebé un grado de organización mayor del que le atribuía Freud, lo cual ha sido un motivo de polémicas. Pero es que hay que tener en cuenta que desde que el bebé nace a de enfrentarse con el impacto de la realidad, desde la dureza del nacimiento hasta la necesidad de alimentarse, conservar el calor etc. Precisamente son estas experiencias frente a la realidad exterior las que inmediatamente desencadenan el trabajo mental de las fantasías inconscientes, las cuales, a su vez, incluyen fundamentalmente en las formas de sentir las propias experiencias frente a la realidad externa.

Las fantasías inconscientes, pueden ser consideradas como mecanismos de defensa, puesto que su objetivo es el de satisfacer los impulsos instintivos y, creo yo, empezar a comprender el mundo.

Estas fantasías primarias están todavía muy lejos de su posible formulación en palabras, y por lo tanto, también muy lejos del pensamiento consciente racional; no son fantasías determinadas por el pensamiento lógico, sino que están propiciadas por otro tipo de lógica, la lógica de la emoción. Aún en el adulto y cuando ya está desarrollado en lenguaje, estas fantasías verbales persisten conjunta e independientemente de las propias palabras, porque los profundos sentimientos y significados, son mucho más antiguos que el lenguaje. Y esto tanto en lo que se refiere a la historia y experiencias del tronco humano, como lo que se refiere a la niñez e historia de cada individuo. Más adelante, y comentando los estudios de otros autores, veremos con más claridad la excisión que se produce entre la esencia del individuo y la palabra, y de qué manera esta es siempre insuficiente para hacer referencia a la riquísima experiencia afectiva de los hechos percibidos, sentidos o aún imaginados.

También las imágenes visuales son un poco posteriores a la iniciación de la vida emocional, si bien las imágenes que se presentan en nuestros sueños pueden tener una elevadísima carga emocional.

La primera "alucinación" o realización de deseos fantaseada está propiciada por la sensación y el afecto. El niño con hambre o malestar nota en su boca o vísceras sensaciones cuyo significado para el es, o bien le hacen algo, o bien es él el que hace lo que desea o teme. Las propias contracciones estomacales provocadas por el hambre puede ser ya el origen de fantasías inconscientes de morder o ser mordido. Y es de esta manera como, desde el comienzo de la vida, una realidad subjetiva e interna va estrechamente ligada al a la percepción de la realidad objetiva, entrelazándose en el terreno de la fantasía inconsciente y de una manera muy íntima, el mundo subjetivo con la realidad objetiva. A partir de aquí y a medida que el desarrollo avanza, van a intervenir también en estos dramáticos juegos los órganos de los sentidos con sus progresivas contribuciones, si bien permaneciendo como básico y estructurante la interpretación del mundo externo, a partir de las vivencias internas, y a su vez estas, se estructurarán con arreglo a como es percibido el mundo exterior.

Toda clase de impulsos del bebé, como también sus propias excreciones, pueden ser vividos en las experiencias infantiles tanto buenos como malos, y como el niño tiene tan pocos recursos a su alcance para demostrar su amor y su odio, tiene que echar mano de sus propios productos (su capital) y su limitada acción corporal (su poder) para manifestarse. Tanto su sonrisa, como su llanto, su voz, su orina y sus excrementos son vehículos expresivos de sus sentimientos.

Las fantasías más tempranas pertenecen al dominio de lo que Freud llamó “proceso primario”. En esta situación iniciática, la experiencia está gobernada por respuestas de “todo o nada”, y por lo tanto la ausencia de satisfacción no puede ser relativizada, no puede quedar temperada por ningún tipo de consideración, por lo que es vivida como la provocación de un verdadero daño. Además de que en este “proceso primario” está ausente el sentido del tiempo, la capacidad de discriminación de la realidad externa, la contradicción y la negación.

Relacionados con estas fantasías precoces surgen unos métodos o mecanismos fundamentales de funcionamiento de la vida mental llamados “introyección” y “proyección”. Por introyección entendemos el mecanismo psíquico a través del cual nos apropiamos de los contenidos psíquicos del mundo externo. Introyección es el equivalente en el plano psíquico al de ingestión en el plano físico, si bien ambos se desarrollan parejamente. Por proyección se entiende el mecanismo contrario, es decir, la colocación o abandono de elementos del yo, lo cuales son atribuidos a personas o cosas del mundo externo. El mecanismo de introyección, aunque está en íntima relación con la apropiación del pecho de la madre, tiene una significación más amplia.

Es la fantasía la que media entre el instinto y los mecanismo del yo a los que acabamos de referir, porque cualquier actividad que parte de los impulsos instintivos para su realización necesita de la fantasía concomitante, que, en último término, es esta la que propone los objetivos fundamentales para cualquier acción, como son el objetivo concreto destinatario de la acción y el fin, es decir, el que hace con él.

Aunque las fantasía no tienen realidad objetiva externa, que son fenómenos estrictamente psíquicos que no pueden ser tocados ni vistos, no obstante producen efectos totalmente reales  que se extienden más allá del mundo interno de la mente, influyendo en el desarrollo corporal y en la conducta del sujeto, y por lo tanto, también en los cuerpos en las mentes de otros sujetos. La mera creencia del bebé en el haber introyectado un pecho gratificante, y por ende bueno, va seguido de la creencia en su propia bondad; en tanto que en este mismo bebé o en otro cualquiera, la introyección o reintroyección de un pecho malo, mordido y torturado, de lo que es seguido es de la creencia en su propia maldad. Estas alternativas, positivas y negativas frente a sí mismo y el mundo externo, condicionan profundos cambios de la conducta del niño, lo cual, y como consecuencia, condiciona la conducta de sus cuidadores.

Todos los impulsos del ello se transforman en mecanismo del yo a través de la polifacética fantasía y siguiendo las siguientes etapas:

a)      Las primeras fantasías se construyen sobre los impulsos orales que van ligados al gusto, olfato, tacto y sensaciones cinestésicas y viscerales, vinculándose sobre todo, con la experiencia de tragar. En este momento existen my pocos elementos visuales.
b)  Estas sensaciones empiezan a constituir una primera experiencia corporal, si bien con escasa capacidad para relacionarse con un objeto externo como tal, pero son capaces de ir confiriendo a la fantasía una cualidad corporal concreta, una especia de “yo-idad” experimentada en el propio cuerpo. En esta etapa, la piel todavía no es percibido como límite entre las realidades interna y externa, ni siquiera se pueden distinguir las imágenes de las sensaciones reales y percepciones exteriores.
c)      Poco a poco aumenta el elemento visual de la percepción el cual es intensamente vivido, aunque con frecuencia puede confundirse con lo fantaseado.
d)     Empiezan a predominas los elementos visuales sobre los somáticos, y son estos elementos visuales lo que al diferenciar e integrarse espacialmente, permiten que vaya surgiendo la diferencia entre mundo interno y mundo externo. Las “imágenes” surgen, porque a los elementos visuales que se refieren al exterior, van siendo en parte reprimidos, se les priva de la emoción y de las propias ataduras personales, transformándose en las “imágenes” de objetos externos que ya se reconocen como tales.
e)   Estas imágenes así constituidas, por el hecho de estar en la mente, afectan al aparato psíquico, influyendo sobre los sentimientos, la conducta y el carácter. Ocurre esto porque van acompañadas de elementos somáticos reprimidos e inconscientes, dentro del mundo inconsciente del deseo y la fantasía.

Va siendo la propia realidad exterior la que fuerza al niño a prestarle la atención necesaria a partir de las primeras venticuatro horas de su existencia, siendo ya los fenómenos que entonces ocurren los que deben aportar ya los materiales necesarios para que se inicie la fantasía y la memoria. En un principio la psique trata de la misma manera a los estímulos procedentes de dentro como de fuera a través de los mecanismos de proyección e introyección. Pero precisamente y de acuerdo con Freud, es la desilusión que acompaña a la satisfacción alucinatoria la que fuerza la iniciación de adaptarse a la realidad. Y ya, a partir de aquí, toda clase de aprendizaje depende del deseo, la curiosidad y el temor.

Las dos formas de pensamiento, la realista y la fantástica pueden entremezclarse. Pero no solo ocurre eso, sino que parece ser que el pensamiento realista no puede desenvolverse sin la presencia y el apoyo de las fantasías inconscientes.

Melanie Klein adoptó el punto de vista de S. Ferenczi acerca de la identificación primaria. Esta identificación surge del esfuerzo que realiza el bebé para volver a descubrir, en cada objeto, sus propios órganos y el funcionamiento de estos. Esta necesidad de redescubrimiento es considerar como la precursora de la simbolización. También la Sra. Klein adoptó el punto de vista de E. Jones, para quien a partir del principio del placer, se hace posible el que dos objetos distintos puedan ser mentalmente equiparados gracias a la creación de un vínculo afectivo de interés. Pudo demostrar la Sra. Klein, a través de abundante material clínico, de que manera la función simbólica primaria de los objetos externos permite que el yo elabore fantasías a través de juegos y manipulaciones, surgiendo de esta manera las sublimaciones a través de dichos juegos, los cuales van construyendo un puente entre el mundo interno y el externo por donde circula la libido, que en lugar de estancarse corre vivaz hacia nuevos objetivos. Así surgen el interés hacia el mundo exterior, el cual queda en gran parte libinizado a través del proceso de la elaboración de símbolos. Precisamente es a través del juego espontáneo como el niño crea y fomenta las primeras formas del pensamiento que refieren al “como si…”. Ante una necesidad emocional presente el niño, en sus juegos, evoca situaciones pasadas “como si…” y de paso va adaptando su juego para resolver la situación afectiva planteada en el presente. Las modificaciones que va introduciendo, parece que tienen una estrecha relación con la posibilidad de poder evocar el futuro en hipótesis constructivas y por tanto desarrollar las consecuencias de los “si…”. Por eso  el juego imaginativo del niño es muy significativo, no solo ya por las posibilidades de adaptación al presente sino porque se abren el camino futuro hacia la ciencia, el arte y cualquier tipo de razonamiento hipotético.
Continuará…

Apuntes cedidos en su día por la Dra. Mª Luisa Herrero

sábado, 20 de julio de 2013

JUNG VS. FREUD - I



Sueños, Amplificación y Transferencia.

En oposición a la concepción freudiana clásica, según la cual el sueño es en esencia la "realización de un deseo", sostiene Jung otro concepto, y es el de que el sueño es una "autorepresentación espontánea de la situación actual de lo inconsciente expresada en forma simbólica".

En su opinión, el sueño ha de ser analizado o comprendido como cualquier otro producto psíquico; por lo tanto, en el hemos de considerar que, en efecto, como en cualquier otro proceso psíquico tiene dos vertientes, una, como resultado de los contenidos típicos que le han precedido, y la otra, la vertiente que conduce a una finalidad, con un sentido y un objetivo propios.

Ya no es visto con anterioridad, que Jung introduce el concepto de finalidad para designar la tensión psicológica inmanente hacia un fin, o, si lo queremos expresar con otras palabras la "orientación hacia un objetivo". Por lo tanto, para explicar un sueño en términos psicológicos junguianos, debemos saber, en primer lugar, de que vivencias pasadas se compone, es decir remontarnos a los antecedentes. Este saber de dónde viene exige el método de las asociaciones libres, y sobre este tema vamos a tocar dos puntos del pensamiento junguiano.

El primero se refiere a la limitación del material pues naturalmente esta búsqueda proporciona materiales heterogéneos y con gran frecuencia nos conduce al problema de los complejos del paciente, o, a una interminable búsqueda en su vida histórica. Recuerda Jung la mención kantiana acerca de la comprensión, de la cual dice Kant, que es un conocimiento adecuado a nuestras intenciones, por lo tanto, el límite del material asociativo estará en relación con la adquisición del material suficiente que nos pueda proporcionar el paciente para que el sueño tenga, para nosotros, un significando utilizable. El criterio de Jung, en este aspecto, es el de que debemos estudiar el material fundamentalmente importante para la comprensión del sueño. Menciona Jung en una de sus obras, que a través de la asociación libre, sin que se limite el sueño, siempre se llega a los complejos, y que para este resultado no serían necesarios los sueños, ya que a través de cualquier punto de partida, sea éste el que sea, desde un anuncio del periódico hasta una mancha de color, la asociación libre conduce necesariamente a los complejos.

Una vez reunido el material, éste debe ser sometido a una selección y elaboración. Naturalmente que en este trabajo intervienen tanto las habilidades como las intenciones del investigador, pues se trata fundamentalmente de un método comparativo que jamás es automático. Como veis las asociaciones libres se utilizan también, aunque no totalmente igual que con el método freudiano, ya que la manera de típicamente finalista de Jung, hace que estas asociaciones se las compara con otra unidad de medida distinta. Mientras que las concepciones freudianas los deseos insatisfechos pueden realizarse a través de los símbolos de los sueños, ya que la censura impide que los deseos cargados de culpabilidad se hagan patentes directamente. En la concepción junguiana la unidad de medida es distinta desde el mismo momento en que la idea de finalidad está presente y se formula la pregunta: ¿Para qué sirve este sueño? ¿Qué resultado persigue?

Entonces podemos observar que ya no se trata tanto de una simple gratificación simbólica como de la introducción de una función nueva: la función de compensación. Compensación de un estado determinado de la conciencia. Entonces resulta, que el sueño actúa de una manera tal, que parece como si tratara de elaborar todos los aspectos que en un momento dado están alejados de la conciencia, que son inconscientes, pero que serían esenciales para otro tipo de actitud radicalmente distinta a la que se presentan en la conciencia del soñador. Podemos observar, que al determinismo causal, con su tendencia a la reducción unívoca, se opone otra tendencia, el finalismo, al cual le interesa sobremanera toda clase de variaciones de las imágenes oníricas, puesto que son expresiones de situaciones emocionales muy diferentes y muy específicas en cada individuo, son importantes en sí mismas y no porque sean símbolos sexuales y además llevan un significado específico para el soñador y es precisamente por lo que hacen su aparición en el sueño. Así concebidos, los símbolos no son tapaderas de ocultación, sino que quieren mostrar aspectos no concienciados.

Concebir el sentido del sueño, es para nosotros terapeutas, una necesidad de orden práctico más que teórico. La verdad es que en último término parece que somos educadores, puesto que al tener que considerar muchos aspectos que han sido desechados por la conciencia, indudablemente los pacientes se vive abocados a tener que reflexionar sobre ellos. De donde se deduce que la concepción finalista es una gran ayuda para la educación práctica del sujeto.

Los sueños no se expresan nunca de manera lógica, sino que usan el lenguaje metafórico de las parábolas. Parece, que comunica con anterioridad había pensado Nietzche, el pensamiento onírico es una forma filogenética anterior al pensamiento lógico. Gracias a esta circunstancia se puede abrir el camino hacia una psicología comparativa general, a través de la cual podemos llegar a una comprensión del desarrollo y de la estructura de la psique humana, de la misma manera que nos ha proporcionado la anatomía comparada en lo que se refiere al cuerpo humano. El sueño, nos comunica, en un lenguaje simbólico (es decir, con representaciones sensoriales e intuitivas) las ideas, juicios, concepciones, directivas, tendencias que, a causa de la represión, o bien por pura ignorancia, eran inconscientes. Mas no de todos los contenidos inconscientes en general, sino de ciertos contenidos que por vía asociativa, en un momento dado y en cada individuo, se actualizan y seleccionan en correlación con el estado de conciencia actual.

La primera consecuencia práctica que sacamos esta conclusión, es la de que si queremos interpretar un sueño correctamente, necesitamos un conocimiento profundo de la situación consciente momentánea, ya que el sueño lo que nos ofrece es la faz complementaria inconsciente, es decir, que contiene los materiales constelizados en el inconsciente pero relativos a la situación consciente en ese momento. En opinión de Jung, todos los sueños sin excepción tienen una relación compensatoria con los contenidos de conciencia, contribuyendo de esta manera a la regulación psíquica espontánea del individuo. Ahora bien, esta capacidad a veces no resulta excesivamente clara, ni siquiera para un experto conocedor de estas técnicas. Menciona Jung, que en algunos casos pudiera tratarse de compensaciones psíquicas muy remotas, aún a largo plazo y también de tipo religioso.

Continuará…

Apuntes PSIQUE, Asociación para la Investigación y la Aplicación de la Psicoterapia Psicoanalítica.
Desconozco la autoría.

miércoles, 10 de julio de 2013

MELANIE KLEIN III - GRUPO PSIQUE


Rescate apuntes y conferencias impartidas en la sede del grupo Psique (Madrid) 
en las décadas de los 70/80

(Continuación de Melanie Klein II)

Decíamos también que Ana Freud presentaba una serie de argumentos teóricos en contra de la técnica de juego ideada por Melanie Klein. No pone objeciones a que se aplique el juego como observación, pero si las pone en cuanto se trata de su utilización para tratamiento. Considera sin embargo Melanie Klein al juego como una gran ventaja, piensa que éste permite una conexión directa con el inconsciente del niño, aunque como es natural, lo mismo que en el adulto se observan resistencias que en los niños se manifiestan frecuentemente por la aparición de la angustia (cambios de juego, abandono, pateo de juguetes, o bien directamente sobreviene una crisis de angustia). Indudablemente todos estos fenómenos han de ser interpretados continuamente. Sólo a través de la interpretación que es la que va liberando y aliviando la angustia, se va ganando el acceso progresivo al inconsciente del niño, lo cual le permite seguir fantaseando y creando nuevos focos de angustia en los que se puede ir penetrando. Si a veces el niño no utiliza la palabra no es por que no sabe, sino porque le produce un monto excesivo de angustia, mientras que el juego, al estar en este la representación simbólica un poco más alejada del mismo niño que la propia palabra, las asociaciones pueden aparecer con mayor soltura y con menos temor a los de algún modo expresado. Lo que es evidente es que si lo que se teme por parte del terapeuta es movilizar el complejo de Edipo, no deben emplearse la técnica de juego, pero que si se emplea se va a hacer parte ineludible tener que penetrar en este, a partir de lo cual no se pueden poner límites al análisis en ningún sentido

Otro aspecto que separan notablemente a estas dos autoras, es su distinto concepto de la transferencia. Opina Ana Freud que los niños no existe una verdadera neurosis de transferencia, como existe en los adultos. Aduce el argumento teórico de que los niños no están capacitados para ello, por tener a los padres todavía, como objetos de la realidad. Sin embargo Melanie Klein piensa que de hecho existen esas transferencias puesto que los padres, objetos originarios hace mucho que dejaron de serlo porque se fueron transformando en imagos.

Los niños expresan sus sentimientos y reacciones de manera distinta a como lo hacen en su casa y además las reacciones afectivas se modifican según la forma en el momento en que se encuentran. Tampoco está de acuerdo con Ana Freud en atraer hacia sí la transferencia positiva y alejar la negativa, ya que ésta, no elaborada, irá dirigida contra las personas con las que el niño está vinculado en la vida diaria.

También siguen estando en desacuerdo en lo que se refiere al superyo. Para Ana Freud en superyo infantil es casi idéntico a las exigencias de los padres, para ello se basa en los presupuestos evolutivos del superyo expuestos por Sigmund Freud. No piensa lo mismo Melanie Klein para quien, si bien el yo del niño no es comparable al del adulto, no ocurre lo mismo con el superyo, el cual está más próximo al individuo más crecido. Para modificar este tremendo superyo infantil (cuyo origen estudiaremos más tarde) es necesaria una verdadera investigación en todo el complejo edípico.

Todavía siguen las diferencias en cuanto a cómo hay que actuar cuando las tendencias inconscientes del niño se han hecho conscientes. Cree Ana Freud que no se puede esperar a que el niño asuma por sí mismo la total dirección y y que ha de ser el analista el que guíe al niño en este aspecto tan importante. Melanie Klein lo que piensa es que el análisis debe seguir avanzando.

En realidad cuando comparamos a las dos autoras donde parece verse la mayor diferencia es que Ana Freud no parece intentar un análisis tan profundo, evitando intervenir entre el niño y sus padres para que no peligre la educación del hogar. Y es éste no ahondar en el complejo de Edipo lo que marca las diferencias de las dos y sus respectivos métodos de trabajo.

Esta vieja disputa del año 27 tuvo su colofón por parte de Ana Freud con la publicación en el año 1947 de un nuevo libro, donde en el prefacio y en la tercera parte presenta varias modificaciones, declarando que, en lo que concierne a la parte educativa ya no es necesaria. Acepta también, por lo menos en parte, la técnica de juego. También disminuyó la edad del poder aplicar la técnica de análisis admitió también que se podían analizar niños con perturbaciones psicóticas. Y finalmente reconsideró la fase introductoria, considerando que es innecesaria, sobre todo para aquellos casos que directamente se pueda penetrar en las primeras resistencias con medios analíticos. A pesar de la aproximación de Ana Freud a los puntos de vista kleinianos, se piensa Melanie Klein de que nunca ha querido comprender que aparte de la interpretación simbólica del juego, también trabaja con el lenguaje, los sueños diurnos, los sueños, relaciones emocionales con el mundo exterior, etc. Por otra parte, esta discordia empujó a Melanie Klein a sistematizar sus conocimientos, publicado su libro "El Psicoanálisis de Niños" en el año 1932.

En un principio, las aportaciones de Melanie Klein fueron bien acogidos en Londres, en parte porque rompía las aportaciones estereotipadas de los primeros analistas, además, porque era apoyada por E. Jones y también por sus originales puntos de vista. Llegó a haber tres subgrupos en la sociedad psicoanalítica inglesa; los que apoyaban a Melanie Klein, los que eran partidarios de una mayor ortodoxia y finalmente los que querían ser más eclécticos y pensar con mayor libertad, participando de toda clase de conocimientos. Se decidió, entre los años 43 y 44, tener una serie de discusiones en cuanto a la controversia que kleiniana, si bien el resultado no fue concluyente. Con los años, los grupos puramente kleinianos o puramente freudianos han decaído siendo el grupo intermedio o el que tiene mayor vigencia. Quien dirigió la batalla contra Melanie Klein fue Edward Glover, lugarteniente de Jones y quien todavía cuando ya había acabado la batalla escribía… "el grupo de Klein sigue a Rank al atribuir el desarrollo mental y todas las variaciones del trastorno mental a una situación traumática ocurrida no en el nacimiento sino poco después de este; sigue a Jung al atribuir poder dinámico y de desarrollo a las fantasías arcaicas".

En esta disputa ocupó lugar prominente la hija de Melanie Klein Melitta Schmideberg, médico y analista, la cual se entrevistó con su madre mientras estuvo en tratamiento con Edward Glover. Madre e hija se criticaron mutuamente el público y parece ser que la señora Klein sufrió mucho por esta circunstancia posteriormente Melitta fue alejándose de psicoanálisis por el cual se había enfrentado con su madre. K.

También sufrió Melanie Klein la muerte de su hijo mayor, Hans, a los 17 años en un accidente de montaña y que según la manera de pensar de su madre fue la expresión de un suicidio.

En general, han sido del grupo intermedio inglés donde han surgido los psicoanalistas más originales, como Balint y Winnicott.

Pero volviendo a Melanie Klein y para terminar esta introducción antes de penetrar en su obra podemos decir que esta autora tuvo y apreció más los sentimientos religiosos que Freud y en la forma de comprender muchos aspectos de su obra vemos el hincapié que hizo en teorizar sobre el hecho de que cuando somos buenos nos sentimos mejor.

Continuará…

Apuntes cedidos en su día por la Dra. Mª Luisa Herrero

SEPA - SOCIEDAD ESPAÑOLA DE PSICOLOGÍA ANALÍTICA

La SEPA es la sociedad Junguiana española sin afán de lucro responsable de la difusión y desarrollo de la Psicología Analítica, la única autorizada en el Estado español para impartir formación de Analistas reconocidos por la International Association for Analytical Psychology (IAAP), en el Congreso Internacional de Psicología Analítica de Chicago en el año 1992. Asimismo, el Programa de Formación de la SEPA está reconocido por la Federación Española de Asociaciones de Psicoterapeutas (FEAP).

 

lunes, 8 de julio de 2013

MELANIE KLEIN II - GRUP PSIQUE



Rescate apuntes y conferencias impartidas en la sede del grupo Psique (Madrid) 
en las décadas de los 70/80
 

Melanie Klein II

(Continuación Melanie Klein I)

Se sorprendió la señora Klein de la capacidad que tiene el niño para comprender la situación y el rápido efecto que tiene la interpretación adecuada. La interpretación oportuna va seguida de manifestaciones de diferentes formas, como son: una mayor expansión en sus juegos, el afianzamiento en la transferencia (se confía las personas que no mienten y saben lo que pasa), la disminución de la ansiedad, una progresiva y mejor relación del niño con la realidad etc.

Como ya mencionamos anteriormente en el año 26 se trasladó a trabajar a Londres, donde invitada por E. Jones que tenían interés en el análisis de sus propios hijos, ingresó en la sociedad psicoanalítica inglesa. Fue muy bien acogida por los que querían un mejor aprendizaje de psicoanálisis infantil. Y ya por el año 1930 estaba trabajando, no solamente con niños, sino que también con adultos.

Hubo un simpósium sobre análisis infantil en el año 1927 con motivo de prestar una atención particular al libro de Ana Freud "introducción a la técnica del análisis de niños" publicado en el 26. En este simpósium hizo hincapié la señora Klein sobre sus puntos de vista comparándolos con los de la señorita Freud con los que no coincidía. Posteriormente y ya en el año 46, en una versión revisada y ampliada de dicho libro que se tituló "el tratamiento psicoanalítico de los niños", se manifiesta la señorita Freud con conceptos más semejantes a los de la señora Klein, como ya veremos más adelante, una vez que primero hayamos expuesto los puntos de desacuerdo.

Aunque estos puntos son bastantes, vamos a coger los cuatro puntos principales en los que la señora Kennedy se encuentra en total desacuerdo y que son:

  1. Hasta donde debe ser llevado un análisis infantil.
  2. La combinación con influencias educativas-
  3. La utilización de la angustia en los sentimientos de culpa para una mayor apego al psicoanalista.
  4. La no utilización de la técnica de juego.

En este simposium mencionó en primer lugar el escaso desarrollo que hasta entonces había tenido el psicoanálisis de niños, imputando esta situación al hecho de no haber sido encargado nunca con un verdadero espíritu científico y libre, sino lleno de prejuicios. Uno de ellos fue el temor a analizar el complejo de Edipo. Refiriéndose a esta incapacidad mencionó el dicho de "es el espíritu con el que construye el cuerpo" para hacer notar la cortedad de espíritu que había presidido hasta entonces los estudios infantiles. Mencionó también el hecho de que todos los medios que para un adulto se considerarían incorrectos en su análisis, eran considerados como valiosos por Ana Freud en el análisis de los niños. Critica lo que Ana Freud llama "entrada", después de la cual piensa Melanie Klein que ya es difícil establecer una situación verdaderamente analítica los. No está conforme santoral en que los niños sean considerados de distinta manera que los adultos, y piensa que el error de Ana Freud radica en que coloca el consciente, tanto en el niño como del adulto, en un primer plano, pareciendo olvidar que el trabajo psicoanalítico transcurre en otro plano; aunque indudablemente se consideran toda clase de respetos al yo de analizado. Así pues, rechaza de plano los dos primeros puntos en que se asienta el trabajo de Ana Freud.

En cuanto al problema de la movilización de la angustia también hay disensiones, pues si bien tanto los sentimientos de angustia como los de culpabilidad son importantísimos para la posibilidad de un tratamiento, también considera muy importante el manejo que se haga de ellos. El que se prepare un niño para que tenga conciencia de enfermedad o de "portarse mal" lleva implícito el que desde ese mismo momento se cuente con la angustia y la culpa y según opinión de Melanie Klein es cruel y perturba la transferencia si desde ese mismo momento precisamente no se trabaja con esos sentimientos.

Indudablemente y enfocado el tratamiento desde este punto de vista quiere decir que hay que abordar la transferencia negativa desde un principio. Esto parece difícil, pero a medida que vayamos comprendiendo las teorías de Melanie Klein veremos como su método de interpretación es muy útil, pues en el hace que confluyan tres aspectos claves; el sentimiento de angustia o transferencia negativa, el material que el niño está produciendo en ese momento, mientras que se retrotrae el problema hacia su objeto original (la madre).

Esta conducta psicoanalítica, si bien hay que reconocer que exige conocimientos y viveza, además de una gran libertad, tiene la ventaja de que da por resultado el comienzo de una transferencia positiva. Los aquí presentes, aunque no hayais tratado a niños y si sólo adultos, también habréis observado en estos, que la interpretación hecha en estos términos da una respuesta muy positiva en nuestro trabajo, el paciente confía en nosotros, deja de vernos como charlatanes y empiezan a percibir la seriedad y profundidad de los conocimientos puestos en juego. Quizás puede que no seamos excesivamente simpáticos, pero si somos fiables. Además de que hay que tener en cuenta que el paciente puede estar un tanto perturbado, pero rara vez es tonto y es el primero que percibe si es tratado con el respeto que se merece y percibe muy bien la diferencia que hay entre la verdad y el intento de manejo y aplacamiento. Pues con los niños pasa algo semejante. Y esto es lo que defiende Melanie Klein. La diferencia entre ambas autoras desde el punto de vista de Melanie Klein y refiriéndose a la angustia y la culpa, es que Ana Freud utiliza esos sentimientos para que el niño se apegue a ella, mientras que Melanie Klein los utiliza ya desde el mismo momento de ponerse en contacto con el niño para el trabajo analítico. Tanto la forma de provocar angustia en algunos casos, como lograr por todos los medios una transferencia positiva en otros, son, dos errores analíticos. Las dos transferencias son manejadas por Melanie Klein con la técnica de interpretación que mencioné anteriormente, la cual repito, pues es muy importante: poner en conexión el contenido del juego, con la transferencia y con el significado habido con el primer objeto.

Continuará ...
Apuntes cedidos en su día por la Dra. Mª Luisa Herrero

miércoles, 3 de julio de 2013

PSICOLOGÍA ANALÍTICA - SEMINARIO EN BARCELONA

SEMINARIO INTENSIVO DE PSICOLOGÍA ANALÍTICA POR MEDIO DEL CINE, EN MÍMATE BARCELONA DEL 17 AL 20 DE JULIO DE 2013 

A QUIEN VA DIRIGIDO:
Aficionados al cine, personas interesadas en su propio crecimiento personal, psicólogos, coaches, creativos…
BENEFICIOS:
Conocer más profundamente la estructura de una pareja y cómo mejorar nuestras relaciones.
Comprender la repercusión y alcance de los desequilibrios mentales a los que estamos expuestos: la depresión, la bipolaridad, las adicciones… Las influencias y límites sociales como condicionamientos personales: ¿Son salvables? ¿Podemos aprender de ellos?
Visión global de la familia mediante el rol Padre/Madre/Hijo. ¿Cómo ejerzo de padre, de madre y de hijo?

Cuándo:
17—20 Julio de 10h a 14h/15h30 a 19h
Dónde: MIMATE BARCELONA B&B
Av. Dolça de Provença, 17
Torrelles de Llobregat

Más información:

http://elecualizador.wordpress.com/2013/07/02/seminario-intensivo-de-psicologia-analitica-por-medio-del-cine-en-mimate-barcelona-del-17-al-20-de-julio-de-2013/